¿A qué vino Ginés a Tucumán? No hubo dirigente político ni ciudadano que dejara de hacerse esta pregunta al analizar la agenda desplegada en esta ciudad por el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García. La primera respuesta, la de compromiso, alude a que el funcionario nacional llegó a Tucumán como parte de una gira realizada por Santiago del Estero y por Catamarca para poner en funcionamiento hospitales y programas sanitarios. Pero siempre hay más detrás de una inesperada visita en medio de la pandemia del coronavirus.
González García necesitaba salir del fuego cruzado que existe en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en la que Provincia y Ciudad -de distintos signos políticos e ideológicos- intentan desplegar políticas en medio del incremento de casos positivos de covid-19. “Fue una bocanada de aire fresco para Ginés”, razonó un importante miembro del gabinete del gobernador Juan Manzur, tras evaluar no sólo la visita sino la estadía del funcionario nacional en la provincia.
Se hospedó en la Hostería Atahualpa Yupanqui de Tafí Viejo, convertido en los últimos tiempos como la escala obligada del gabinete nacional, incluido el presidente Alberto Fernández.
Ginés partió ayer por la mañana, no sin antes estrechar los contactos con alguien que conoce esa función al dedillo: Manzur, varias veces mencionado como candidato permanente para esa área del Poder Ejecutivo Nacional.
Pero no hay que perder de vista la otra visita, la de la viceministra del Interior, Silvina Batakis. La secretaria de Provincias y ex ministra de Economía bonaerense es la llave que abre el cofre financiero de la felicidad para las necesidades fiscales de los gobernadores. Manzur tendió lazos no solo con ella sino con Eduardo “Wado” de Pedro. Eso explica por qué Tucumán es una de las niñas mimadas de la Casa Rosada.